¿Septiembre en las aulas?

Por Olalla Arias Horrillo –

Salen los niños alegres
de la escuela,
poniendo en el aire tibio
del abril, canciones tiernas (…)

(F. García Lorca, “Canción primaveral”, de Poemas del alma)

(Fotografía de J. Vidal Lucía. Título: ¿Ocuparán pronto los niños este espacio? Biblioteca del IES El Brocense de Cáceres).

Abril nos ha privado de esa peculiar, bulliciosa y cotidiana estampa.

Los niños han sufrido un largo y duro confinamiento; tanto más duro para aquellos que lo han tenido que pasar en pequeños habitáculos sin apenas espacio para moverse.

Este encierro obligado también ha afectado, sin duda, al proceso de aprendizaje de los alumnos, principalmente al de los de Educación Infantil y Primaria, donde la figura del maestro —presente en el aula— es primordial, y ello, a pesar del esfuerzo titánico realizado por el profesorado para dar respuesta rápida a la situación creada por la covid-19 —la cual mandó a todos los alumnos a sus casas— y que tuvo que aprender a marchas forzadas la utilización de nuevos programas, medios y recursos tecnológicos y métodos de enseñanzas propios de la educación online para ofrecer a sus pupilos la mejor docencia posible. Igualmente, en este caso también se han visto desfavorecidos aquellos escolares que no disponían de los recursos tecnológicos necesarios (ordenador, tableta, acceso a internet, etc.) para seguir las enseñanzas, ni de familiares que pudieran ayudar u orientar sus tareas. Afortunadamente, los chavales tienen una gran vitalidad y una admirable capacidad de reacción que les permitirá superar esta aciaga coyuntura, siempre que no se alargue más de lo necesario y que se pongan los medios requeridos para ello.

Se pretende que el curso próximo comience con los alumnos en las aulas… Sin embargo, hasta ahora la educación está siendo la gran olvidada. Dice Sánchez que en agosto se reunirá con las comunidades autónomas para tratar el asunto. En marzo las actuaciones no pudieron preverse —el virus se presentó sin avisar—, pero septiembre está a la vuelta de la esquina y la incertidumbre y la preocupación de padres y profesores están más que justificadas debido a la falta de atención y antelación teniendo en cuenta los problemas que se plantean. 

Las comunidades han sacado guías orientativas e instrucciones con supuestos escenarios y posibles actuaciones que, en teoría, pueden estar muy bien, pero dejan en manos de los equipos directivos los planes de contingencias y demás concreciones de la puesta en marcha de los centros educativos en septiembre. ¡Y claro que la autonomía de los centros es muy importante y que, por supuesto, se debe contar con la comunidad educativa de cada uno de ellos! Pero su apertura con todos los alumnos precisa de medios y recursos de los que muchos centros no disponen (espacios suficientes, ampliación de plantilla, recursos tecnológicos idóneos para todos, formación del profesorado, etc.), y por ello se hace necesaria una planificación exhaustiva a todos los niveles ¡y ya! —hoy mejor que mañana—, que, partiendo del conocimiento de la situación de cada centro y de las necesidades reales de cada uno de ellos, prevea las múltiples situaciones y problemas que se darán y los que puedan darse, y, lo que es sumamente importante: que se les dote de todos los recursos y medios  necesarios para solventarlos.

En el caso de Extremadura, debe ser la Junta la que tome la iniciativa, se ponga al frente y trabaje al unísono con sanitarios, inspección educativa, equipos directivos, representantes del profesorado, representantes de padres, corporaciones municipales, etc. Y, una vez analizada la problemática —debe considerarse la posibilidad del cierre de una parte del centro, del centro entero, de varios centros o de todos ellos—, busque soluciones reales y provea de los medios humanos, económicos, tecnológicos, espaciales, etc. para garantizar la seguridad sanitaria y una educación equitativa y de calidad para toda la comunidad. Es su obligación.

Concluyo con el deseo de que el curso corra bien y con el atrevimiento de emular a García Lorca:

Otoño incierto, que vienes,

despierta esperanzas nuevas.

Trae vientos de alegría

en aulas de niños llenas.

6 respuestas a “¿Septiembre en las aulas?”

  1. Ciertamente es un reto. La experiencia vivida debe servir para valorar lo ocurrido y pensar que ante situaciones parecidas, soluciones mejores . Muy bien Olalla.

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    1. Ojalá y fuera así. Yo confío mucho en el buen hacer y el buen criterio de la comunidad educativa: profesorado, equipos directivos, familias …

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  2. Genial!!! Amiga Olalla y muy apropiado el principio y el final

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    1. Muchas Gracias, Amiga.

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  3. Avatar de Joaquin Sanchez Gallego
    Joaquin Sanchez Gallego

    Buen análisis. Es necesario reducir en la mayor medida de lo posible la i certidumbre del los padres al enviar al cole a sus hijos dentro de un mes o poco más.

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    1. Llevas razón, Joaquín. Creo que los padres se cerciorarán, primero, de que se dan las condiciones necesarias antes de mandar a sus hijos al colegio

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