Cuaderno Extremeño para el Debate y la Acción

Juan Serna Martín —

“Almaraz condiciona su continuidad a que haya una rebaja de impuestos”. Así se anuncia en un periódico extremeño una serie de artículos en los que se va a analizar el impacto del cierre de esta planta.

Hace casi medio siglo que analizamos y publicamos una obra (la más citada y menos leída de esta región): Extremadura saqueada; en ella se describe con todo lujo de detalles cómo la verdadera historia de las centrales nucleares fue el inmenso negocio corrupto que acompañó a su construcción, hecho del que no se daban por enterados ni la prensa (que estaba siendo sobornada por las empresas constructoras), ni algunos sectores de la universidad (que también sacaban tajada), ni gran parte de los académicos e “intelectuales”, nada acostumbrados a enfrentarse con estos sectores tan poderosos.

Han pasado cincuenta años y hoy nos enteramos de que la condición para que mantengan abierta Almaraz es que hay que bajar los impuestos a las empresas que más robaron de este país (y que siguen haciéndolo, aunque ahora han incorporado parte de su negocio a las energías renovables). Estaremos pendientes de esa serie de artículos que nos anuncian a fin de ver cómo cierta prensa se presta a practicar este “periodismo de encargo” a cambio de no hablar del enorme riesgo de la energía nuclear ni decir una sola palabra acerca de la corrupción ni de la abultada cifra de millones que se embolsaron estos líderes de la energía verde en aquellos años del Far West.

Tanto los “intelectuales” extremeños como la universidad callarán de nuevo (salvo honrosas excepciones, que las hay) y nos harán pasar la vergüenza acostumbrada en una tierra desgraciada donde hay gente que acaba implorando a los corruptos y a todo tipo de poderes que nos dejen las migajas de unas instalaciones ya caducadas y altamente peligrosas y cuya explotación la llevarán a cabo las empresas y empresarios más impresentables de España, esos que al final acabarán asumiendo que el gran negocio está en desmontarlas. Y lo harán de la misma forma corrupta con la que están acostumbrados a trabajar. Leyendo la prensa de esta mañana he sentido tal vergüenza que he dudado de que haya pasado medio siglo por esta tierra: parece que los medios, la universidad, los intelectuales y ciertas empresas y empresarios siguen siendo los mismos…