Pablo Ángel Valera —
España y Europa tienen marcada una senda para la descarbonización gradual de su sistema energético.
En esta transición energética se esperaba que las renovables desempeñasen un papel fundamental los próximos 30 años, sin embargo, eso ya está ocurriendo. El domingo 28 de abril fue el día con menor aportación de las renovables al sistema eléctrico del mes, ¡y aportaron, nada más y nada menos, el equivalente al 63,0 % de la demanda! (353 GWh de una demanda de 586 GWh). Por otro lado, el día con mayor aportación fue el 22 abril: el 83,1 % (530 GWh de una demanda de 637 GWh).
Las energías renovables, tras décadas de investigación y desarrollo, se han convertido ya en la mejor forma de generación energética. En un par de décadas se ha pasado de la apuesta a la realidad, de la promesa a la generación de riqueza y empleo en este sector.
Según BloombergNEF, a lo largo de esta última década ―en la que finalmente se ha conquistado la competitividad económica― las renovables se han convertido en protagonistas del nuevo sistema eléctrico mundial. Si hace una década el 40 % de la nueva generación eléctrica mundial era renovable, en 2020 se ha pasado al 75 % de la nueva potencia. El reto para el futuro es consolidar esta transición del sistema eléctrico y llevar las renovables a aquellos sectores donde aún su presencia es minoritaria.
España podrá reducir su dependencia energética aún más conjugando los objetivos medioambientales con los económicos, porque, gracias a la competitividad alcanzada por algunas tecnologías renovables, el cambio de modelo energético puede suponer una reducción efectiva de los costes energéticos. ¿Por qué que no alcanzar en 2030 el 100 % con renovables? Este debería ser el objetivo.


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