Cuaderno Extremeño para el Debate y la Acción

Pilar Bacas

La redacción de El Periódico Extremadura publicó el 16 de enero de 2023 una noticia titulada “El proyecto del litio en Cáceres: 8 claves”.

El texto, muy didáctico por cierto, plantea ocho preguntas, una por cada clave, y da respuesta a las ocho. Yo también quiero dar una respuesta, en este caso, a la primera de las claves o interrogantes.

La primera pregunta es: “¿Cómo y por qué se ha modificado el proyecto inicial?”. La respuesta que da la redacción del periódico es la que sigue: “La empresa ha escuchado las demandas de la sociedad cacereña y ha renunciado formalmente al proyecto de mina a cielo abierto. La evolución del precio del litio en los últimos años y las previsiones futuras han hecho que sea posible y viable un nuevo modelo de extracción subterránea”.

Al principio, la empresa era Tecnología Extremeña del Litio(TEL) ―que de extremeña no tenía nada―, formada por Valoriza y Plymoutz Minerals;  y ahora es Extremadura New Energies —participante mayoritaria en la filial TEL—, con sede en el centro de Cáceres y con sus brazos de pulpo abrazando clubes deportivos, cofradías, profesionales, festivales, medios de comunicación, etc.

Pues bien, la empresa Tecnología Extremeña del Litio aseguraba en su proyecto inicial, de enero de 2018, que una mina en galería en Cáceres era inviable por ineficaz, ya que la concentración tan baja de litio en el yacimiento no la haría de ningún modo rentable. La mina a cielo abierto, sin embargo, permitiría extraer todo el material que se quisiera —es un decir— y en menos tiempo. 

¿Por qué hace cinco años una mina en galería no era rentable y ahora sí lo es? Sencilla y llanamente porque ahora el precio del litio ha subido de manera considerable. Pero de manera coyuntural, claro.

La mina en galería sigue siendo ruinosa en sí porque, evidentemente, durante estos años no ha aumentado el porcentaje de litio en el yacimiento. Una mina en galería sigue siendo ruinosa porque es más cara y rinde muchísimo menos que una mina a cielo abierto (como bien explicaba entonces la empresa TEL). Por tanto, lo de que “La evolución del precio del litio en los últimos años y las previsiones futuras han hecho que sea posible y viable un nuevo modelo de extracción subterránea” no se sostiene. La mina en galería no es viable. Lo que es viable y posible, eso sí, es el frotar de manos de sus inversores si sus previsiones se cumplen.

Durante los últimos años el precio del litio ha sufrido subidas y bajadas considerables. Han influido muchos factores, como la epidemia de la covid-19, la invasión de Ucrania, la aparición de nuevos materiales, el descenso de producción de baterías ante las subidas del precio del litio o la competencia entre países.

Sabemos que el litio de los coches eléctricos del presente y del futuro próximo tendrá que competir con otros elementos químicos y materiales. Continuamente se mencionan en los medios de comunicación otras baterías que funcionan con magnesio, hidrógeno, grafeno, níquel-cadmio, níquel-hierro, níquel-hidruro metálico, etc.

La minería del litio está sometida a las cotizaciones en Bolsa de estos nuevos materiales. Esa es la pura —que no hipotética— realidad. El litio puede o no seguir interesando una vez abierta la mina, pues siempre estará sujeto a las veleidades de su cotización.

Y esto lo sabemos muy bien en Cáceres en lo que se refiere a la industria minera: la fosforita de la mina en galería del barrio de Aldea Moret se abarató al abrirse nuevas minas, en concreto una a cielo abierto en el Sáhara con mano de obra barata, con lo que acabó la industria minera en Cáceres.

Nadie hubiera podido imaginar que una piedra blanca encontrada accidentalmente por un paseante se convirtiera en la explotación de una mina muy cerca de Cáceres en el último tercio del siglo XIX. En aquel momento se estableció una fuerte relación entre la industria de los fosfatos ―mejor dicho, entre los intereses financieros empeñados en sacar adelante la industria de los fosfatos― y las recientemente creadas líneas de ferrocarril. Hay que hablar claro. Esto hizo posible que el producto minero llegara a Lisboa y desde allí partiera rumbo a Inglaterra, donde Segismundo Moret tenía negocios. ¿Les suena? Moret, tantas veces ministro, se hizo millonario con el invento. Y ahí queda como recuerdo el barrio que lleva su nombre y que pasó “De poblado minero a suburbio cacereño”, título de una interesante publicación de Gómez Amelia, de 1978.

Y eso que entonces eran otros tiempos…  Ahora es todo más vertiginoso. No hay más que ver el precio del litio, que en estos últimos años ha experimentado subidas y bajadas considerables, hasta de casi un 500 %.

La mina en galería, definitivamente, no es rentable en sí. Seamos serios: no lo es. Lo que es seguro es que será un pelotazo para empresa e inversores si la Bolsa se porta bien con ellos…  Hablando en plata: quien afirme que la mina es rentable está de acuerdo con lo de que “el fin justifica los medios”.  O dicho de otro modo, una cosa es lo que “valen” las cosas y otra muy diferente es lo que “cuestan”. La mina en galería cuesta mucho en comparación con la de cielo abierto, pero no vale nada porque da muy poco litio. La mina a cielo abierto cuesta menos, pero vale más porque da más litio. Sin embargo, ahora lo que menos importa es lo que “cuesta” la mina; lo que importa es lo que “vale” el litio. Por lo tanto, desde mi punto de vista, el argumento que utiliza la nueva empresa es insostenible, como asimismo lo es arrogarse el mérito de haber escuchado a la población y haber modificado el proyecto por ese motivo.

“Poderoso caballero es don dinero”.

En la prensa ya no me publican estas cosas. Sin comentarios.

No es una batalla perdida, a pesar de ello y del Decreto-ley 5/2022, de 31 de agosto, “por el que se establecen medidas urgentes necesarias en la regulación del aprovechamiento de recursos minerales de litio en Extremadura”. No es una batalla perdida y por eso no me resigno a callarme.