Por Agustín Muñoz Sanz –
La nueva variante vírica (B.1.1.529) de la pandemia vigente tiene a los cables de la red echando humo. Ha sido denominada ómicron (no nu, como se esperaba) por quienes bautizan a las variantes del bicho en la OMS/WHO.
Hace menos de una hora (sábado, 27 de noviembre) el cuadro era el que aparece en la figura de BNO News. Hay que esperar sin perder la calma (en los Países Bajos, un vuelo ha acarreado más de sesenta sospechosos de infección). Sigamos al virus y no a la bolsa ni a los cierres de aeropuertos (aunque todo está en relación). El miedo se contagia más rápido. Pero no tener miedo no significa no estar preocupados.
Nadie sabe aún si la nueva variante se contagia más (algunos datos locales de expertos de la talla del doctor Tulio de Oliveira ―se merece el nobel de la Paz― dicen que sí), ni si será más grave (nadie ha dicho nada aún), ni si eludirá la inmunidad natural y por vacunas (algunos creen que sí, pero se está estudiando y comparando con virus mutantes experimentales con perfil mutacional parecido).
En lo que parece haber acuerdo de una mayoría de los que saben es en la eficacia protectora incuestionable de las vacunas (todas las dosis). Por tanto, VACUNACIÓN GLOBAL (Sudáfrica tiene menos de una cuarta parte de su población vacunada; otros países de África no llegan al 3 %) y la tercera dosis en los que tenemos la suerte de estar vacunados.
No se olvide que no solo funcionan los anticuerpos defensivos, también, y mucho, las células T y B (linfocitos). El sistema inmune humano es muy sabio y potente, pero no hay que abandonarse a esto o a la «seguridad» de las vacunas. Por tanto, además de las vacunas y hasta que pase la tormenta, las medidas no farmacológicas que recordamos son bla, bla, bla…
ÁFRICA EMPIEZA EN LOS PIRINEOS (GILIPOLLEZ XENORRACISTA ATRIBUIDA A ALEJANDRO DUMAS, PADRE, AUNQUE NO ESTÁ DEMOSTRADO).
En Sudáfrica, donde se han descrito las variantes beta y ómicron, el sida/VIH llegó a afectar al 25 % de la población (una cuarta parte de la ciudadanía, es decir, unos cuatro millones de personas). Por no hablar de la tuberculosis (Nelson Mandela, «Invictus»). Y ahora, el bicho mutante. ES UNA AUÉNTICA SINDEMIA. Y, sin embargo, están en la vanguardia mundial en la secuenciación del coronavirus. ¡Olé ellos!
Aprovechamos que es finde para recordar al sufrido y expoliado continente africano por vía de Paul Simon y su extraordinario concierto en Hyde Park. Lo acompañan los chicos de Ladysmith Black Mambazo. Cantan Homeless.
Si se cierran los ojos y solo se oyen las voces, eso es el alma de África. Al menos lo que yo pude conocer en Kenia (Marawa) y en Sudáfrica (Durban).
Escribió Paul Simon, sin Garfunkel: «Somebody say/Somebody sing hello, hello, hello. Somebody say/Somebody cry why, why, why…». (Que alguien diga/Que alguien cante hola, hola, hola. Que alguien diga/ Que alguien llore por qué, por qué, por qué…).
Venga, a abrigarse que está la DANA polar enfriando las narices y se puede colar el omicroncorona (o su primo de la gripe, que está a la espera) por los aerosoles.
Como no dijo la gran Lola, «Si me queréis, vacunarse de tó«. Y protégete/protégenos.

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