Por Manuel Martín Ruiz –

Confieso que me acercaba al debate sobre el Estado de la región con un doble interés: por un lado, conocer a los líderes de las fuerzas políticas , por otro, percibir lo que se pudiera avanzar sobre el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, también denominado Fondo de Recuperación Next Generation EU (NG EU).
En relación con lo primero, y contrariamente a lo que suele ser habitual, rehúyo pronunciarme sobre quién estuvo más acertado o sobre las habilidades dialécticas de cada uno de ellos. Me importa más el interés que pueden mostrar los intervinientes acerca del asunto central del debate: el destino en la región de los Fondos NG EU, habida cuenta de la oportunidad que debiera suponer para Extremadura dar la vuelta a su inquebrantable pésima posición en los principales ratios macroeconómicos.
Es muy importante saber que existe una cartera de proyectos de inversión privada por un importe de 6.594 millones de euros, a los que hay que añadir otros 10.500 millones de euros procedentes de los distintos fondos europeos, capaces de generar 40.000 empleos en la región. Conforme a las exigencias de Bruselas, su concreción debe ir precedida por un intenso proceso de diálogo social y político a fin de lograr un gran pacto del Plan de Fondos europeos.
En el debate se intercambiaron ofrecimientos de pactos políticos: sobre industrialización, educación y formación profesional o recursos humanos de la administración. Sobre este aspecto fue muy oportuna fue la reflexión del presidente Vara sobre las aportaciones de los representantes de la “nueva política” en la medida en que enriquecen la perspectiva, en especial si son tenidas en cuenta, al menos en parte, a la hora de decidir. Entiendo que sería una buena tarea pedirles que se involucren con los políticos de la “antigua política” para converger en soluciones consensuadas respecto del Plan, porque esta vez sí: lo que hagamos en los próximos años definirá el modelo económico de la región durante los próximos veinte.
También se ofreció la creación de una comisión de Fondos europeos en el seno de la Asamblea totalmente pertinente. Sin embargo, sigue en el aire la constitución de una mesa de diálogo de representantes sociales y empresariales, sociedad civil, jóvenes, etc. que enriquezcan las propuestas a la Junta de Extremadura. Es lo que nos pide el reglamento de los Fondos.
Los treinta componentes o líneas de acción de las diez políticas tractoras ya tienen asignadas las cantidades de financiación, y entre dichos componentes de las diez políticas tractoras está recogido el contenido de todo lo que se pueda pactar sectorialmente. Es, por tanto, importante que se abra un diálogo acerca de qué proyectos contribuirán a dar un vuelco a la economía de Extremadura. Compartamos la responsabilidad antes que tener que decir que eso de que ”el último apague la luz”, pues, en este escenario, habría que proceder a la devolución de la autonomía a la Administración General del Estado y que sean ellos quienes nos administren. Tamaña necesidad de concertación nos hace recordar aquella recepción por parte de todas las fuerzas vivas de la región del inversor que tan solo se compraba una finca de 10.000 hectáreas… ¡Cuánto más es merecedora de unidad la llegada de esta financiación extraordinaria por parte de la UE!

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