Un reparto justo de los Fondos de Recuperación

Por Gerardo Moreno –

El Fondo de Recuperación, llamado «Next Generation EU», tiene el objetivo de movilizar recursos públicos europeos para afrontar las consecuencias económicas y sociales surgidas con la crisis de la covid-19, de modo que las recuperaciones de las economías de los países europeos sean lo más rápido posible.

A España, el segundo país europeo más beneficiado, le corresponden unos 140.000 millones de euros de inversión total. De esta cantidad, 72.750 millones llegarán en forma de transferencias directas, que se tendrán que ejecutar entre los años 2020 y 2026, y el resto de los recursos llegarán en forma de préstamos.

Para percibir estos fondos España está elaborando el anunciado Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia, dirigido a los sectores productivos con mayor capacidad de transformación de nuestro tejido económico y social a través de cuatro ejes transversales:

  1. La transición ecológica,
  2. la transformación digital,
  3. la cohesión social y territorial y
  4. la igualdad de género,

vertebrados en 10 palancas:

Listado de 10 palancas que han de vertebrar el Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia (https://www.lamoncloa.gob.es/presidente/actividades/Documents/2020/07102020_PlanRecuperacion.pdf)

De estos fondos se podrán beneficiar empresas, universidades, centros tecnológicos y organismos de investigación. El Plan contempla la participación de las CC. AA. y las entidades locales, tanto para la elaboración de propuestas como para el desarrollo de los proyectos. A su vez, los diferentes ministerios lanzarán las convocatorias para la presentación de proyectos por parte de las empresas, que podrán financiar un amplio abanico de inversiones en capital humano (educación, formación, salud, protección social…), capital fijo (infraestructuras, I+D+i…) y capital natural (fuentes de energía renovable natural, protección y restauración del medio ambiente, mitigación o adaptación al cambio climático…).

Extremadura parte de una situación comparativa desfavorable en temas de renta y pobreza, desempleo y mercado laboral que debería corregirse con estos fondos. Sin embargo, teniendo en cuenta el débil tejido empresarial de Extremadura (las empresas de 1-2 trabajadores suponen el 30 % de todo el tejido empresarial de Extremadura)[1], serán las empresas extremeñas competitivas las que capten estos fondos. O estos solo servirán para agrandar la brecha. Aún hay muchos interrogantes acerca de cómo se distribuirán dichos fondos entre sectores, tipología de empresas y territorios, y existe el riesgo de que pasen, una vez más, de largo. Es preciso que se introduzcan mecanismos que garanticen un reparto equitativo, que los territorios más pobres y que las empresas más pequeñas no se queden fuera. Además de que las necesidades del conjunto de la sociedad reciban el apoyo que esta precisa y no sirva para el impulso de grandes empresas, que, en muchos casos, estarán de paso y, en muchos otros, estarán pagando sus impuestos lejos del territorio que les genera los beneficios. Para este reparto equitativo, propongo que los fondos se articulen sobre la base de la regla de los tres tercios: un tercio para los proyectos tractores manejados por las grandes empresas, con proyección, en muchos casos, nacional e internacional; otro tercio para pequeños proyectos gestionados por pequeñas empresas, generalmente basadas más en territorios concretos, y el último tercio, pero no menos importante, para proyectos sociales que atiendan directamente a las necesidades de la gente y a fortalecer los servicios comunitarios.


[1] Ángel Calle. 2021. La Extremadura que podría ser (frente al regalo envenenado de los Fondos de Recuperación Next Generation EU). Cuaderno Extremeño para el Debate y la Acción, nº 6.

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